Tal y como dice la canción de
Scorpions “Wind of changes”, soplan vientos de cambio, no hay que ser un gurú
de la política para saber que el PSOE se va a estrellar en las urnas y que
asistiremos en primera a fila a un nuevo tsunami azul tras el 20 de noviembre,
pero la pregunta es ¿el cambio de color político acometerá las reformas profundas
que necesita nuestro país para salir de la crisis?
El problema de este país es
estructural, y desmontar los cortijos o chiringuitos políticos que tienen
montado los dos grandes partidos en todo el territorio nacional me hace dudar
de que dichas reformas lleguen. No piensan en meter la tijera donde les cuesta
más a ellos es decir a “su bolsillo” y si que piensan en meter la tijera en
educación y sanidad, es decir al bolsillo de todos. Desde luego, los vientos de
cambio pueden llegar a ser huracanados si dejan intactos sus chiringuitos,
donde tienen sus intereses, y además colocan a familiares, amigos y conocidos
con el arma infalible que tanto daño ha hecho a la administración publica y que
todos conocemos como la “libre designación”, así como los cargos de confianza.
Nuestra sociedad no aguantará recortes en sanidad y educación si antes no se
terminan con los privilegios de una casta política indecente que durante años
nos ha gobernado así como el descontrol y el despilfarro que se comete en cada
uno de esos chiringuitos que aún siguen abiertos.
La cuestión es ¿suprimirán las
duplicidades y triplicidades de la administración pública definiendo claramente
las competencias de cada una, y eliminaran las sobrantes? ¿Pondrán orden y
revisaran las funciones en tantas agencias estatales, tantas agencias
autonómicas, tantas fundaciones públicas que no se sabe muy bien que hace cada
una y para que sirven?
¿Se les pasará por la cabeza la fusión
de ayuntamientos de menos de 5000 habitantes respetando la identidad de cada
municipio? Esto mismo se hizo hace ya muchos años en Alemania así como en
muchos otros países de Europa que se dieron cuenta del despilfarro económico que
suponía mantenerlos, pero ¿dejarán en la cuneta a miles de concejales que
podrían ir a la calle de un plumazo? Creo que ya pueden imaginar la respuesta,
no existe la valentía política para poder hacerlo en ninguno de los dos grandes
y supondría el cierre de muchos de sus chiringuitos, ¡impensable!
Solo hay una diputada en todo el
parlamento que durante estos 4 últimos años ha defendido estas “descabelladas”
ideas. Rosa Díez, de UPyD, la piedra en el zapato que se le ha colado a
Rubalcaba o Rajoy y que finalmente aunque votando en contra de estas propuestas
ahora incorporan a sus respectivos programas electorales a bombo y platillo
como idea feliz y exclusiva, como por ejemplo la supresión de las diputaciones
o el fin de los privilegios de los políticos. ¿De verdad creéis en ellos?
Publicado en Diario Costa.
Noviembre de 2011